Y estoy en mi habitación. Pocos días les quedan a mis teclados, las fotos en las paredes, los pósters del Señor de los Anillos, la ropa en los armarios, todo. El domingo vuelvo a casa, y me llevo conmigo un curso 2009-2010 que fácilmente ha sido de los períodos más intensos de mi vida. Muy denso, con mucho positivo que he sacado, y que me queda por sacar todavía. Lo bueno de esto es que por mucho que sea, no me va a pesar costar nada llevarlo en el viaje. No ocurrirá lo mismo con los teclados y las maletas, que me hacen dudar de mi vocación musical o plantearme pasarme a la flauta cuando tengo que cargar con mis queridos instrumentos en el tren.
Hoy me he tumbado en la hierba. 6 horas después, sigo lleno de hormigas.